Madres a la defensiva - Intentando manejar los comentarios y consejos constantes

Lactando mi segundo bebé, Lorenzo. Fotografía Gabriel Valencia

Lactando mi segundo bebé, Lorenzo.
Fotografía Gabriel Valencia

La verdad es que si alguien me hubiera dicho que la parte más difícil de ser madre es lidiar con el bombardeo constante de comentarios y consejos, no me lo hubiera creído. Pensaría que estoy acostumbrada a recibir olas de críticas (mayormente no constructivas) por el medio en el cual me desenvuelvo, pero no es así.

El ser humano siempre está en una constante búsqueda de mejorar su entorno, el ambiente y las energías a las que se expone. Ya a los 30’s, tenemos un círculo pequeño de amistades, sabemos cuál es la familia con la que contamos, y tendemos a exponernos menos, aprendiendo de situaciones pasadas que, aunque siempre se espera lo mejor de la gente, la confianza es algo que se gana. Aun así se cuelan ciertos comentarios y consejos que caen pesados, hasta de familiares cercanos que nunca te esperarías que te lancen ese tipo de bombazos.

La forma en la que he manejado estas situaciones incómodas es trabajando en no tomármelo personal, suena más fácil en teoría de lo que es en practica, pero si mantienes presente que esos comentarios y consejos la mayor parte del tiempo tienen más que ver con la realidad y las incertidumbres de la persona que los emite, podrás ver las cosas desde otra perspectiva y estar tranquila. Ahora bien, es normal perder la paciencia y de repente encontrarse a la defensiva. Somos humanos, y una mamita cansada que ha estado llena de responsabilidades dándolo todo está vulnerable, lo último que necesita es sentirse bajo la lupa de quien sea.

Tengamos nada más que palabras de aliento y acciones llenas de apoyo para las madres del mundo, no pongamos más presión sobre sus hombros. Un pequeño cumplido desde el corazón puede ser justo lo que una mamacita necesita.